¡LAS PÓLIZAS DE ARRENDAMIENTO NO EXISTEN!

Tal y como lo acabas de leer: las pólizas de arrendamiento no existen. Y en este artículo te vamos a explicar por qué.

👉 Quédate con nosotros: esta información te conviene.

La búsqueda eterna de seguridad en el patrimonio

Es un hecho: todas las personas buscan proteger su patrimonio. Esta necesidad surge, muchas veces, de la incertidumbre que provoca el desconocimiento. Y aunque en ocasiones la prevención es buena, otras veces puede llevarnos a confiar en soluciones ilusorias.

En bienes raíces esto se multiplica: arrendar una propiedad parece sencillo… hasta que alguien cercano sufre una mala experiencia o cuentan la lamentable historia “del primo del amigo”. Entonces entendemos que los acuerdos de palabra ya no bastan, que un contrato de arrendamiento es indispensable y, con el tiempo, descubrimos que incluso el contrato por sí solo no garantiza tranquilidad.

Allí aparece la figura del abogado y, con él, la cruda realidad: los juicios de desahucio son costosos, tardados y complejos y que: para cada situación hay un camino diferente.

El mito de las llamadas “pólizas de arrendamiento”

¿Y qué tiene que ver todo esto con las pólizas de arrendamiento? ¡Todo!

Como dice Einstein: “Todos somos muy ignorantes, lo que ocurre es que no todos ignoramos las mismas cosas.”

Algunos se aprovechan de esa ignorancia y crean falsas expectativas de seguridad bajo nombres rimbombantes.

Así nacieron las mal llamadas “pólizas de arrendamiento”.

¿Qué es una póliza… y por qué la de "arrendamiento" no existe?

Piensa en las pólizas que sí conoces:

1. Póliza de automóvil → protege contra daños derivados de la conducción.

2. Póliza de salud → protege contra accidentes o enfermedades.

   
   

Ambas comparten de un elemento clave: están reguladas en la Ley de Instituciones de Seguros y de Fianzas (LISF). El artículo 25 de dicha ley establece el catálogo de seguros autorizados: vida, salud, daños, crédito, transporte, agrícola, etc.

👉 En ese catálogo no existe el “seguro de arrendamiento”. Y, por lógica, tampoco una póliza que lo respalde.

La póliza es, en realidad, el documento final que formaliza un contrato de seguro autorizado, elaborado bajo la supervisión de la CONDUSEF, en formatos de contrato de adhesión que evitan cláusulas abusivas.

En cambio, lo que hoy se ofrece como “póliza de arrendamiento” no es más que un contrato privado sin supervisión ni regulación.

El problema real

Cuando alguien contrata una de estas supuestas pólizas de arrendamiento:

• No tiene protección real: la CONDUSEF no puede intervenir porque no se trata de un producto financiero regulado.

• No existe respaldo legal: no hay institución aseguradora que lo ampare.

• Puede contener cláusulas abusivas: al no ser contratos de adhesión registrados, cada proveedor redacta lo que quiere.

• Depende de terceros: muchas empresas subcontratan abogados externos y, al resultar caro, buscan excusas para no cumplir.

  
  

En resumen: lo que prometen como seguridad, en la práctica es papel sin fuerza ejecutiva.

¿Y entonces, qué hacer?

Si buscas protección real en arrendamientos, necesitas algo más que un contrato bonito con el título de “póliza”.

Necesitas:

• Experiencia en materia inmobiliaria.

• Conocimiento sólido en materia legal.

• Estrategia, recursos humanos y capacidad de ejecución inmediata.

  
  

Eso es justamente lo que ofrecemos en Arrenda Legal. Aquí unimos ambos mundos: la experiencia inmobiliaria y la práctica jurídica especializada, sin depender de externos.

Cuando conoces del mundo legal, y llevas a la práctica juicios de desahució, acciones legales por daños patrimoniales, recisiones contractuales, y todas estas giran en torno al mundo inmobiliario, conoces los escenarios esperados, el camino adecuado a seguir, y tienes la experiencia para poner manos a la obra, pero además, te especializas en generar los mejores tratos en venta y rente de inmuebles, sabes como detectar inquilinos problemáticos y mantienes un proceso estructurado que garantizar tener tranquilidad a largo plazo, !eso es arrenda legal¡.

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